jueves, 19 de noviembre de 2009

LAS FRUTAS SON MÁS BARATAS QUE LOS SNACKS



La percepción común de que las frutas frescas y los vegetales son más costosos que los alimentos empaquetados no sería correcta, según indicó un nuevo estudio.

Una serie de investigaciones sugirieron que las papas fritas, las galletas y otros "snack" suelen ser más económicos que los productos frescos y esa brecha de precios suele considerarse responsable del sobrepeso y la elección de los estadounidenses por una alimentación menos saludable.


Pero el nuevo estudio, publicado en American Journal of Clinical Nutrition, sugiere que la relación inversa entre calorías y precio es una cuestión de álgebra. "Cuando se consideran los precios que las personas realmente ven en el comercio -el total y por unidad- las frutas y los vegetales son en verdad más económicos", dijo la investigadora Leah M. Lipsky, de la Cornell University en Nueva York.

El problema, explicó la experta en una entrevista, es una cuestión matemática.
El equipo analizó el tema comparando la cantidad de calorías por gramo en un alimento dado con su precio por caloría. Esto crea una comparación en la que ambas variables comparten un componente común: en este caso, las calorías. Las propiedades simples de la matemática permiten establecer que los alimentos con mayor cantidad de calorías serán más económicos. "El álgebra ha estado creando la asociación inversa entre la densidad (calórica) y el precio", indicó Lipsky. Para el estudio, la autora recolectó información de precios de varios snack y productos frescos de una cadena de supermercados estadounidenses.

Cuando observó la cuestión en términos de calorías por gramo y precio por caloría, las frutas y vegetales parecieron ser más costosos.

Sin embargo, cuando se trata de los precios que los consumidores ven, el precio real y por unidad, que da el costo por gramo de alimento, las frutas y vegetales generalmente eran más económicos que los snack.

Lipsky señaló que las personas probablemente toman en cuenta varias cosas cuando escogen comprar un producto fresco, como por ejemplo el tiempo que requiere prepararlo y si tienen lo necesario para hacerlo.

Pero los hallazgos actuales, indicó la autora, sugieren que los consumidores no deberían sentirse amedrentados por la idea popular de que las frutas y vegetales son demasiado costosos.