Una dieta alta en grasas y azúcares promueve cambios duraderos en el ecosistema de los intestinos que contribuyen a la obesidad, según un estudio de la Escuela de medicina de la Universidad de Washington.
Los resultados, que se publican en la revista 'Science Translational Medicine', apuntan a los microbios de los intestinos humanos como un nuevo factor a tener en cuenta en la investigación para comprender y tratar la obesidad.
Los investigadores explican que la tarea de descubrir los desencadenantes de la obesidad en humanos no es fácil debido a factores genéticos, culturales y ambientales incontrolables. Estudios recientes han introducido otro elemento en esta combinación: el denominado microbiota, una comunidad distintiva de microorganismos que residen en los intestinos humanos y tienen un rol activo en su ambiente.
Los científicos, dirigidos por Peter Turnbaugh, trasplantaron microbios de materia fecal humana en ratones libres de gérmenes criados sin microorganismos en sus intestinos.
Los autores descubrieron que cuando los ratones con la microbiota humana eran alimentados con una dieta occidental alta en grasas y azúcares se producía un cambio rápido en la población de bacterias presentes en los intestinos en comparación con los ratones alimentados con una dieta baja en grasas. Los ratones también mostraron un aumento de grasa corporal.
Los investigadores también descubrieron que sólo con el trasplante de la microbiota de ratones alimentados con una dieta alta en grasa en un grupo de ratones libres de gérmenes, los nuevos animales acumulaban más grasa corporal incluso si eran alimentados con una dieta baja en grasas.