Ocurre sobre todo en mujeres de todas las edades. Acostumbran a reservar el momento de la cena para ingerir varias piezas de frutas, y algunas completan las 3 raciones de frutas diaria recomendadas, e incluso alguna más si llegan a casa con hambre.
Entienden erróneamente que son alimentos que sacian y llenan. Al mismo tiempo, creen que hacen de la cena un menú ligero en calorías.
La sorpresa se la llevan cuando, después de una o dos semanas de seguir con el plan de cenas frugales (sólo fruta), comprueban que no han adelgazado o, si lo han hecho, no han perdido los kilos deseados.
En muchos casos, si no se pierde peso es porque a la persona no le sobra grasa, de manera que el organismo no pone en marcha los mecanismos necesarios para desprenderse de ella. Suele suceder que los molestos «kilos de más» por los que se hace el cambio en las cenas responden a la falta de tono muscular por falta de ejercicio (queda marcada la «barriguita» y resulta incómoda la flacidez de los brazos).
Cenar sólo fruta es una idea relativamente extendida entre mucha gente, pero equivocada si se quiere perder peso. De todas maneras, sí que puede ser efectiva de forma temporal si lo que se persigue es aligerar el cuerpo cuando se sufre retención de líquidos.
Las frutas son un grupo de alimentos con una composición nutritiva muy específica. Son diuréticas pero no adelgazantes.
Son abundantes en agua y fibra, fuente indiscutible de vitaminas (vitamina C, ácido fólico, betacaroteno o provitamina A), y de minerales como el potasio y el magnesio. Completan su valor nutritivo los pigmentos, que en las frutas cumplen un doble propósito.
Primero su poder colorante, lo que da tono a la piel o a la carne de las frutas (betacaroteno de naranjas, mandarinas y melocotones; licopeno de las fresas; y antocianinas de las uvas y las ciruelas). En segundo lugar, su poder antioxidante, por lo que resultan complementos indiscutibles en una dieta preventiva.
La combinación de todos estos nutrientes en las frutas explica la propiedad esencial de los vegetales para depurar el organismo. Por ello, su consumo habitual se manifiesta en una mejoría física y mental. Se siente la cabeza más despejada y el cuerpo, en particular las piernas, más ligeras y menos pesadas. Se fortalecen las arterias y las venas, con la consiguiente mejora de la circulación sanguínea.
Se nota que se orina mucho más, por lo que se eliminan más sustancias de desecho, pero no grasa. Así, quien come fruta siente más ligereza, algo que no necesariamente se ve reflejado en el peso (si la razón del exceso de peso no es la retención de líquidos).
Perder peso es posible, si se llevan a buen termino los cambios en la alimentación que han llevado a engordar, siempre que esos cambios se mantengan en el tiempo.
Para perder peso no existe otra fórmula, que ingerir menos calorías de las que se gasta diariamente. Y para eso es esencial seleccionar los alimentos y sus cantidades, con el acompañamiento de un ejercicio físico regular.
Nutrineira recuerda de nuevo, que consumir 3 piezas de Frutas diariamente, es suficiente y ayuda a mantener un buen estado de salud, siempre que la Alimentación en general sea equilibrada.
Vídeo de las Cenas con sólo Frutas (Consumer-Eroski)