De hecho, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., en 2009, 67,5 % de los adultos comía fruta menos de 2 veces al día, y 73,7 por ciento comía verduras menos de 3 veces al día.
- Las metas de Healthy People 2010 eran que el 75 % de las personas comieran al menos 2 porciones de fruta y que 50 % comieran al menos 3 porciones de verduras todos los días.
- Nuevos programas conllevan la promoción de la jardinería y los mercados de granjeros, y llevar más frutas y verduras a las escuelas y lugares de trabajo.
- Los estadounidenses de bajos ingresos son más propensos a no tener acceso a frutas y verduras frescas a precios asequibles, motivo de que se necesiten programas dirigidos específicamente a esa población.
A pesar de los esfuerzos por fomentar la alimentación sana, en la última década ha habido una reducción de 2% en el consumo de fruta, y no ha habido cambios en el consumo de verduras, encontraron los investigadores.
"" Una dieta rica en frutas y verduras es parte importante de mantener el peso bajo control y reducir el riesgo de enfermedad cardiaca, algunos cánceres, accidente cerebrovascular, enfermedades respiratorias inferiores crónicas y diabetes""
Connie Diekman, directora de nutrición universitaria de la Universidad de Washington en St. Louis, dijo que "como dietista registrada, escucho 3 motivos por los cuales cumplir con la ingesta recomendada es tan difícil".
Éstos incluyen la asequibilidad de productos frescos y el no reconocer los valores nutricionales de las frutas y verduras congeladas o enlatadas. Además, está el tiempo que conlleva la preparación de las verduras frescas y la inconveniencia de llevar frutas o verduras para esas comidas y refrigerios necesarios, apuntó.
Otra experta, Samantha Heller, dietista, nutricionista, fisióloga del ejercicio y coordinadora de nutrición clínica del Centro de Atención del Cáncer del Hospital Griffin en Derby, Connecticut, informó que los alimentos menos sanos están reemplazando a las verduras y frutas en las dietas de la mayoría de estadounidenses.
"Llenarse de comida rápida, comida basura, dulce y bebidas endulzadas con azúcar es fácil. Además, al comer estos alimentos tan sabrosos, que son ricos en grasa, azúcar y sodio, alteramos nuestro gusto y expectativas mentales sobre el sabor que se 'supone' que la comida tenga", explicó Heller.
"Terminamos deseando esos alimentos, e ignorando la comida más sana. Por ejemplo, un melocotón maduro y dulce no sabe tan dulce a alguien que se acaba de beber un refresco de 20 onzas o de comerse un bol de helado. Lo mismo pasa con las verduras. El delicioso sabor de muchas verduras palidece en comparación con las hamburguesas con queso y las papas fritas llenas de grasa y sodio", advirtió.
Algunas formas sencillas de añadir más frutas y verduras al día incluyen añadir bayas al cereal o yogurt, echar verduras congeladas a la sopa, y añadir zanahorias, brócoli y hongos a la salsa para la pasta, sugirió Heller.