Hoy los fabricantes de alimentos cuentan con el Jarabe de Maíz de Alta Fructosa (JMAF o su sigla en inglés HFCS, High Fructose Corn Syrup), un endulzante que ha desplazado el uso de sacarosa.
El problema radica en que diversos artículos indican que el JMAF es responsable de alteraciones metabólicas que se observan en los casos de obesidad.
De acuerdo a los investigadores, el consumo de cantidades importantes de JMAF durante periodos prolongados, altera los niveles de secreción de insulina y leptina, y además produce una menor supresión de grelina y un marcado aumento de los triglicéridos posprandiales.
Adicionalmente, en experimentos con ratas se ha demostrado que produce resistencia a la insulina.
Cabe aclarar que hay dos tipos de JMAF, diferenciados por el contenido de fructosa que poseen: el JMAF42 (con 42% de fructosa) y el JMAF55 (con 55% de fructosa) y es este último el que se utiliza en la mayoría de industrias del mundo.
Se debe considerar que el consumo de grandes cantidades de fructosa, produce una menor inhibición del apetito con el consiguiente aumento de la ingesta, además la ingestión de grandes cantidades de fructosa a una elevación del Ácido úrico en sangre.
Sin embargo el consumo de pequeñas cantidades de fructosa (probablemente como MS) estimula la glucogenogénesis en hígado lo que reduce la glucemia en pacientes con diabetes tipo II.
Estudios en animales de laboratorio demuestran que las dietas ricas en fructosa, durante 4 semanas, pueden dañar el receptor de la insulina.
El JMAF55 se encuentra en casi todos los alimentos y bebidas que utilizan endulzantes: gaseosas, jugos, mermeladas, postres, yogurts, productos panificados y muchos más, pero desafortunadamente en algunos países no se puede identificar su uso porque se identifica en la etiqueta como “carbohidrato autorizado”.
Los investigadores han identificado que el consumo de JMAF en la sociedad está estrechamente relacionado con la incidencia de la obesidad, y las estadísticas muestran ambas tendencias evolucionan como 2 líneas paralelas, y se estima que el 42% de calorías consumidas en productos edulcorados provienen del JMAF.
Los especialistas recomiendan que se identifiquen los productos que utilizan JMAF55 para que el consumidor al menos pueda hacer una elección informada de los productos que compra.