En un estudio con 50 mujeres premenopáusicas de distintos tamaños, investigadores de Harvard hallaron que las mujeres que tenían más grasa alrededor del abdomen tenían más probabilidades de tener menor densidad mineral ósea, algo que puede conducir con el tiempo a la osteoporosis.
"No toda la grasa es igual. La grasa abdominal tiene efectos perjudiciales sobre la salud ósea", señaló la Dra. Miriam Bredella, autora líder del estudio, radióloga del Hospital General de Massachusetts y profesora asistente de radiología de la Facultad de medicina de la Harvard en Boston.
Hasta diez millones de estadounidenses, la mayoría mujeres, tienen osteoporosis, según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS). Otras 34 millones de estadounidenses tienen baja densidad mineral ósea, lo que las pone en riesgo de desarrollar osteoporosis.
Según el NIAMS, entre los factores de riesgo para la osteoporosis se encuentran la deficiencia de estrógeno, una dieta que no incluye calcio y vitamina D, trastornos alimentarios, ciertos medicamentos, un estilo de vida sedentario, beber demasiado alcohol y fumar.
Sin embargo, anteriormente se creía que el exceso de peso de alguna manera protegía contra la pérdida ósea.
Las mujeres se sometieron a una técnica especial de diagnóstico por imágenes conocida como espectroscopia por IRM, que le permitió a los investigadores medir los depósitos de grasa, incluida la que se encuentra en la médula ósea.
Las mujeres que tenían más grasa visceral, en la zona central, tuvieron más probabilidades de tener baja densidad mineral ósea. Además, se notó la relación entre la grasa visceral y los niveles de grasa en la médula ósea.
"La grasa visceral es grasa abdominal profunda y se ha encontrado que es mala para la enfermedad cardiaca y la diabetes. Este tipo de grasa libera ácidos grasos al hígado, además de otras sustancias y hormonas que afectan el corazón y el páncreas, incluso probablemente los huesos.
En cuanto al aumento de la grasa de la médula ósea, "mucha grasa en este lugar debilita el hueso".
Actualmente, los investigadores estudian la distribución de la grasa y la densidad mineral ósea en los hombres para determinar si los patrones se mantienen para ambos sexos.