¿La razón?
Los investigadores dicen que los usuarios del ordenador, tenían una memoria borrosa de su almuerzo y se sentían menos saciados después, en comparación con el grupo sin ordenador.
Esto sugiere, que las distracciones como el ordenador y ver la televisión puede afectar a nuestro recuerdo a la hora de comer, y a su vez puede tener efectos reales sobre el apetito.
"Creemos que la memoria para las comidas recientes influye en la cantidad de alimentos que seleccionamos y que luego consumen en una comida posterior," afirma el investigador Jeffrey M. Brunstrom, de la Universidad de Bristol en el Reino Unido.
Las investigaciones anteriores han sugerido que las personas tienden a comer más cuando cenan delante de una televisión en vez de en la mesa de la cocina o el comedor, posiblemente debido a que están prestando más atención a la pantalla que a lo que el estómago les está pidiendo.
En el estudio participaron 44 voluntarios que fueron asignados en dos grupos. Los participantes comieron un almuerzo conjunto, mientras que el primer grupo jugaban al solitario en un ordenador, en el otro grupo comían sin distracciones.