Según los datos del proyecto EAT (Alimentos y actividad en adolescentes y adultos jóvenes, "Eating and Activity in Teens and Young Adults") y como han demostrado los investigadores de la Universidad de Minnesota; se concentraron en la relación entre la situación de paternidad, la ingesta de alimentos en la dieta, la actividad física y el índice de masa corporal (IMC) de 838 mujeres y 682 hombres con una media de edad de 25 años.
Aunque los padres no eran más pesados que otros como ellos que no tenían hijos, las madres presentaban un IMC significativamente superior. Además, tanto las madres como los padres hacían ejercicio con menos frecuencia.
También se destaca que a mayor ingesta de grasa, azúcar y calorías, las madres jóvenes también consumían tanta fruta, lácteos, granos integrales y calcio como las que no eran madres.
La autora del estudio, Jerica Berge comenta;
- "Quizá las madres estén adquiriendo más responsabilidades, como cocinar la comida de los hijos, con elecciones ricas en grasa".
- "También podría ser que están demasiado cansadas al final del día y no quieran ir al gimnasio".
- "La idea no es hacer que los padres se sientan culpables, sino preguntarnos cómo apoyarlos".