Este estudio evaluó a 6.750 niños en EE.UU. que nacieron en el año 2001 y que las evaluaciones a la edad de 9 meses, 24 meses, 4 años y medio y finalmente a los 5 años y medio. Los resultados fueron decepcionantes.
La prevalencia de obesidad fue del 17,6%. Eso significa que al menos 1 de cada 6 niños sufre de sobrepeso antes de salir a la escuela. Hay obesos antes de que lleguen a la escuela.
Entre los niños que seguían utilizando un biberón a la edad de 24 meses, que la prevalencia de la obesidad a los 5 años y medio se disparó a 22,9%, o aproximadamente 1 de cada 4 o 5 niños.
El “Biberón” se utiliza por razones que poco tienen que ver con el hambre de un niño o las necesidades de nutrientes y más tiene que ver con el control de la conducta del niño, especialmente llorando o quejándose.
Utilizar el Biberón para consolar a un niño es inadecuado.
Por otra parte, un niño debe ser alentado a practicar las habilidades necesarias para tomar de una taza o vaso y esto puede comenzar tan temprano como 8 o 9 meses.
Se necesita tiempo y la repetición de aprender una nueva habilidad.
La mayoría de los bebés y niños pequeños comen cuando tienen hambre y paran cuando están satisfechos. Su hambre es impulsada internamente.
Los padres deben aprenden a leer las indicaciones de hambre y saciedad de los bebés.
Ya que si, cada vez que estén inquietos o quejosos, y encima habiendo pasado poco tiempo de la última toma, se le facilita alimento a través del Biberón, se le está reforzando la percepción negativa de que el bebé o niño, coma o beba algo cuando se enoje o esté incómodo por alguna razón.
Esto puede contribuir a beber y comer calorías en exceso.
Los Biberones no deberían tomarse sobrepasado los 2 años de edad.