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lunes, 10 de octubre de 2011

LAS DIETAS NO AYUDAN, LA EDUCACIÓN SI

No se puede depender de dietas esotéricas y peligrosas, sino actuar con sentido común". Así lo expresa uno de los pioneros en la genómica nutricional a nivel mundial, José M. Ordovás.

Este investigador, director del Laboratorio de Nutrición y Genómica de Bostón, reconoce que el aumento de la obesidad infantil es muy alarmante, pero insiste en que «la solución no es la dieta, sino la educación».

«Es lamentable que algo tan importante como la nutrición quede en un segundo plano en la enseñanza, ya que existen estadísticas que demuestran que una mayor educación lleva a una vida más sana».

Ordovás nos recuerda que la obesidad tiene un componente genético, pero también ambiental.

Las principales causas de la obesidad que padece una gran parte de la población mundial son que «se ingieren más alimentos de lo que se consumen, y además se trata de productos que no son ni frescos ni locales; el sedentarismo que se desarrolla es brutal, así como el estilo de vida, con horarios que entran en conflicto con los genes porque se duerme menos y se hacen muchas cosas a deshora, y el estrés».

En España se están adoptando costumbres y hábitos anglosajones, «algo con lo que nuestros genes no se corresponden».

«Los mejores hábitos alimenticios son los que tenían nuestros antepasados, la dieta mediterránea (declarada Patrimonio Intangible de la Humanidad por la UNESCO), porque nuestros genes están asentados en ese ambiente y es donde mejor funcionan».

Ordovás propone «hábitos alimenticios personalizados, que puedan prevenir enfermedades como la obesidad o el cáncer», no sólo por la posibilidad de vivir sanos más años, sino por el ahorro en costes sanitarios, ya que la población consumiría menos recursos sanitarios.