Actualmente
los ancianos Españoles ocupan gran parte de la población, esto es debido
al incremento que ha sufrido la media en la esperanza de vida en nuestra
sociedad.
Según
estadísticas Europeas, España es el país de la Unión Europea que tendrá más
población mayor de 80 años en el 2060 se espera un 14,2% , frente al 4,9%
del 2010.
Hasta hace no muchos años, era frecuente
que los ancianos formaran parte del núcleo de la familia, convivían con los
hijos y nietos, ayudaban en las tareas domésticas, en la educación de los
nietos… esto les mantenía activos e integrados.
Sin embargo esta estructura se ha visto
modificada por los nuevos estilos de vida, siendo lo más frecuente
encontrar mayores viviendo solos ya que las familias no tienen tiempo
para ocuparse de ellos.
El gran problema de que vivan
solos es que nuestros mayores pierden autosuficiencia, por reducción
de movilidad, deterioro cognitivo y otros muchos cambios fisiológicos,
que aumentan el riesgo a que sufran desnutrición y accidentes.
Los accidentes más comunes son las
caídas y los accidentes domésticos esto es por pérdida de reflejos, debilidad
de huesos, pérdida de memoria…
A su vez, los ancianos son muy
vulnerables a la desnutrición y deshidratación. Una de las razones son
los problemas para ir a la compra y pensiones bajas que no les permiten
comprar los productos que deberían para llevar una alimentación equilibrada.
Y por otra parte sufren cambios en
su fisiología, los más marcados son la pérdida de sed, la reducción
de percepción de los sentidos, la dentadura se ve deteriorada y el pulso les
juega malas pasadas por lo que algunos evitan comer en público.
Además los requerimientos nutricionales
cambian, debido a su baja actividad física, necesitan dietas menos calóricas y
sin embargo similares en nutrientes, por ello, necesitan dietas que sean muy densas
en nutrientes.
La familia tiene que controlar esta
situación, y estos son algunos consejos a tener en cuenta:
- Asegurarse de que el anciano es independiente, y en caso contrario, poner un cuidador o buscar un lugar donde sea atendido correctamente.
- Evitar el aislamiento de las personas mayores con visitas frecuentes para que no caigan en depresión y mantener la actividad cognitiva.
- Fomentar la actividad física si su salud lo permite, con paseos y actividades al aire libre adecuadas a su estado de salud para mejorar el funcionamiento de las articulaciones, el tono muscular y fortalecimiento de huesos.
- En caso de que viva solo, asegurar que el anciano puede realizar la compra y cocinar sin riesgo de sufrir algún accidente.
- Ver que en su nevera hay alimentos variados, incluyendo proteicos y ricos en vitaminas. No pueden faltar pescado, carnes blandas, legumbres, frutas y verduras, además de lácteos.
- En caso de que su estado físico no sea favorable para comprar con frecuencia o cocinar, una opción es comprar alimentos cocinados y envasados al vacío o congelados que aguantan durante largos períodos y tan solo hay que calentarlos en el microondas.
- Por último, es fundamental evitar la deshidratación. En ocasiones el agua no es apetecible, por ello, alimentos alternativos cuyo componente mayoritario es el agua pueden ser sustitutivos. Entre ellos los zumos de frutas u hortalizas, sopas, purés y gelatinas.
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"Guía de Alimentación en personas mayores"