Investigaciones recientes trabajan, sobre la grasa focalizada en el tejido adiposo de color pardo, que según se ha
comprobado, cuando se activa quema calorías y adelgaza.
Dos relevantes estudios señalan métodos que
hacen que la grasa marrón trabaje para consumir calorías:
el frío y hacer
ejercicio.
En el caso del frío, se ha publicado un estudio coordinado por André Carpentier, de la Universidad de Sherbrooke, en Quebec, que informa sobre un ensayo en el que participaron 6 hombres de entre 23 y 42 años.
Se
les sometió a frío moderado durante fracciones de 2 horas, y su temperatura
en la piel cayó entre 3,8 y 0,4 grados.
Francesc Villaroya, miembro del Centro
de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición,
afirma que “un estímulo tan simple como un ambiente frío genera un impacto y
pone en marcha el funcionamiento de esta grasa buena que consume calorías”.
Y además indica que “se podría inducir una relación entre la
obesidad y temperaturas excesivamente altas en las casas”.
En relación al deporte, la comunidad científica también afirma que es capaz de
activar el tejido mencionado.
Una investigación de Bruce Spiegelman, profesor de Biología y Medicina en
el Dana-Faber Cancer Institute de la Universidad de Harvard, realizada en ratones, ha descubierto una nueva hormona (irisina) que genera el músculo cuando se ejercita
y se dirige a la grasa parda para activar su funcionamiento.
Mientras hacemos deporte “no sólo se queman calorías por el movimiento, sino
que además existe un consumo extra por la activación de este tejido”.