La alimentación es fundamental para la
estabilidad psicológica y, para ello, debe haber una educación desde la
infancia sobre los consumos y los alimentos que deben consumirse, y, lo más
importante, sobre cómo debe de hacerse ese consumo, ha explicado el doctor
Javier Urra Portilla, profesor asociado de "Psicopatología Alimentaria de la
Universidad Complutense de Madrid".
Para este experto, la
alimentación afecta desde el útero materno, como demuestran diversos estudios
que establecen una relación entre los consumos de drogas y la evolución de los
niños, del mismo modo que la lactancia ayuda en la vinculación emocional madre
e hijo.
En este sentido, en los
últimos años se ha visto como el habito a seguir dietas para perder peso entre
las mujeres con hijos pueden afectar a estos a la hora de alimentarse. "Es
importante que se tenga cuidado con las dietas que se hacen en casa porque los
niños las asumen".
El doctor Urra ha destacado los procesos más acusados dentro de la psicopatología alimentaria que son los trastornos como la bulimia y la anorexia, donde, recomienda, "hay que
actuar desde la niñez", ya que "la anorexia y la bulimia tienen un
claro fondo emocional".
Es importante inculcar la importancia de la alimentación
así como establecer una buena relación con ella y, para ello, "cuidar la
estabilidad emocional de los niños también es muy importante".
"Estamos haciendo una
sociedad donde siempre hay que estar con algo en la boca", afirma el profesor.
Este problema, entre otros factores, se produce por el cambio de hábitos
alimenticios que han aumentado el sedentarismo entre la población y, en su
opinión, ha acabado con la dieta mediterránea.
"El ser humano ha bajado
de árbol, éramos monos hace poco, entonces el ejercicio nos es muy necesario.
Actualmente hacemos poco ejercicio y hacemos un consumo rico en grasas.
Es necesario volver a la dieta
mediterránea, "la cual no es solo lo qué comes, sino cómo lo comes".
Y debemos tener en cuanta que "comer es algo más que alimentarte".
Por otra parte, ha denunciado
que la crisis económica, que estos días afecta a la población mundial, ha
provocado que ciertos alimentos que estén desapareciendo de la mesa de los
españoles, como son la fruta y el pescado que han dejado paso en las
neveras a los fritos y congelados.
"Esto nos va a llevar a una población
con más obesidad".
Se espera que en el año 2030
podría haber en el mundo 2.160 millones de personas con sobrepeso y 1.120
millones con obesidad.
Se debería comenzar con la prevención mediante dietas que
contengan alimentos con baja densidad energética; la delimitación de
estrategias que hagan posible la disponibilidad alimentaria y el acceso a
alimentos saludables; limitar el consumo habitual de 'fast food'; la
utilización de raciones de menor tamaño y una mayor adherencia a la dieta
mediterránea.
Por otra parte, ha destacado
la importancia de inculcar hábitos alimentarios en los niños a través la
familia y escuela. En este sentido ha destacado que cuidar la alimentación en
la infancia es de vital importancia para establecer unos hábitos que se
seguirán de adulto.
"Con la comida educamos
a los niños, incluso cómo se comportan en la comida ayuda al desarrollo del
niños".