Os resumo una ponencia de D. Javier Aranceta
Bartrina (Presidente de SENC, Sociedad Española de Nutrición Comunitaria), en la que nos habló de la situación actual de nuestras personas mayores en España, principalmente del aspecto nutricional, de su estado de salud, y del entorno geriátrico.
En el año 2010 la esperanza de vida de las mujeres en España era de 83
años y la del hombre de 75,3 y esta diferencia de años entre la
mujer y el hombre se da en todas las comunidades autónomas por igual.
España es
un país con unos buenos indicadores de salud y estamos a la cabeza de esperanza
de vida en la UE.
Al vivir más hay cada
vez más porcentaje de adultos mayores (4ª edad) que viven más pero no mejor y
que necesitarán institucionalización.
Hay supremacía de las instituciones
privadas (4072) vs las públicas (1019). Actualmente están
institucionalizadas alrededor de un 3% de la población y llegaremos en los
próximos años a un 5%.
Actualmente las personas mayores de 65 años constituyen un 17,5% y hay un 3% de institucionalizados. En 2020 alcanzará el 20% y un 5% de ancianos institucionalizados.
El colectivo de personas mayores
se
divide en 3 grandes bloques:
Problemas nutricionales de los mayores Desde el punto de vista nutricional el colectivo es frágil. Se han descuidado tanto a nivel domiciliario como institucional los cambios fisiológicos o los cambios en el entorno que debían permitir ajustar la dieta y el estilo de vida, y llegamos a la necesidad de institucionalizarlos de una manera muy precaria. En varios estudios se pone en evidencia que la malnutrición tanto subclínica como clínica se evidencia más en el colectivo de ancianos que, incluso, en el de pacientes psiquiátricos, oncológicos, etc. Desde atención primaria se detecta el 40% de pacientes con signos de malnutrición.
En una
revisión reciente (publicada por la Asociación Española de Geriatría) se
puede ver la prevalencia de desnutrición en diferentes niveles asistenciales:
* Ancianos en domicilio: menos de 75 años: 3-5% y más de 75 años y enfermos discapacidad: 30%. * Ancianos hospitalizados: 23-65%. Hospitalizados edad avanzada: 40-69%. * Ancianos en residencias: 13,5% - 35% o 25%-60% según los estudios.
** Estos datos indican que la
desnutrición se sale del contexto de lo que debería de ser un entorno
desarrollado.
Causas de la
desnutrición
Son muchos los aspectos que condicionan el estado de malnutrición. Algunos son yatrogénicos -por pruebas excesivas-.
Otro punto
importante es la polifarmacia, los nutrientes tienen interacciones entre
ellos que es necesario conocer pero también la polifarmacia genera muchas
interacciones con fármacos que no se absorbe bien, no se metabolizan bien o
no se excretan bien.
A causa de
la interacción entre el nutriente y el fármaco (que se toma de forma
continuada y durante mucho tiempo) se genera distorsión en la acción
farmacológica y distorsión en el estado nutricional.
Algunas de las causas que generan la desnutrición son:
-Mala calidad de la dieta por falta de
conocimientos sobre lo que es una dieta adaptada al individuo. A medida que
envejecemos necesitamos una dieta individualiza.
-Factores psicosociales (depresión, soledad, pobreza). -Dificultades físicas: aspectos a tener en cuenta en los menús son las dificultades en la masticación, salivación o deglución. El nutricionista debe conocer cómo está el aspecto funcional de la cavidad oral en el mayor; también las discapacidades o minusvalías que dificultan la gestión, la compra o la preparación de las comidas. -Factores fisiológicos: hay nutrientes que no se absorben igual que en la edad adulta (vitamina B12, hierro, vitamina D o folatos) y necesitamos mejorar la biodisponibilidad y cuidar que esos elementos estén en suficiente cantidad o si no recurrir a la suplementación.
Asimismo el
sistema secretor (lágrimas, saliva, etc.) disminuye en volumen y capacidad
enzimática y por lo tanto necesitamos menos volumen en cada toma y ampliar el
número de comidas.
Otro factor es el estreñimiento, que es muy
frecuente, y no solamente se puede solucionar con elementos farmacológicos.
Hay que recordar que la falta de actividad física, el relax de la musculatura
abdominal, la falta de costumbre, la falta de residuos, la falta de
hidratación hacen que la impactación fecal sea más frecuente.
En relación
al metabolismo basal con el envejecimiento se pierde masa muscular y hay una
menor actividad física. Estos cambios en la composición corporal -que
derivan, o pueden derivar en sarcopenia, si no
cuidamos la alimentación y la actividad física de una manera específica- son
un factor de riesgo importante hasta derivar en un anciano frágil y que puede
tener una morbilidad y mortalidad prematura.
Objetivos de la intervención nutricional
Empezaremos a ser un país más avanzado nutricionalmente cuando tengamos claro que el alimento puede ser una herramienta terapéutica y de promoción de la salud en las personas -también en las personas mayores-, y que no solamente pueden vivir más o mejor sino que además podemos conseguir con una buena estrategia disminuir el consumo de determinados fármacos. Desde el punto de vista de la intervención terapéutica necesitaríamos un buen gestor que individualizara al máximo la prescripción alimentaria, tener recursos para evitar la malnutrición y dar cobertura a otro tipo de tratamientos cuando hay sobrepeso, obesidad, ECV, cáncer, diabetes, osteoporosis, enfermedades degenerativas, etc.
Nutrición y
procesos de envejecimiento
Hay algunos aspectos que se están estudiando: -Ajuste calórico: Desde los años 40 se sabe que una dieta ligeramente hipocalórica alarga la vida. Por ejemplo: disminuyendo un 10-15% la energía y optimizando los nutrientes y micronutrientes conseguiríamos aumentar -en modelos animales- hasta el 40% la duración de la vida. -Antioxidantes: envejecer es oxidarse y la dieta mediterránea tiene una alta capacidad antioxidante, y algunos nutrientes de manera concreta y espectacular. Elementos con alta capacidad antioxidante son las especias como la cúrcuma, valeriana, perejil, tomillo. Le seguirían las ciruelas pasas también con alta capacidad antioxidante. - La actividad física y mental: también está demostrado que es beneficioso. Datos del Libro Blanco del Anciano En el estudio realizado en la Universidad de Navarra (Libro Blanco del Anciano publicado en 2004) se observan datos de interés.
Por ejemplo
el número de comensales por mesa suelen ser 4 personas; número de auxiliares
en el comedor -en algunos casos son insuficientes-: 3,5; duración de cada
turno: 45 minutos; los principales
motivos de queja son la condimentación, cantidad, temperatura o textura.
También se
analizan las preferencias, así como los tipos de dietas más frecuentes que
son para la diabetes, túrmix, hiposódica, que muchas veces no tienen un
control porque sólo el 9% de los centros tenía el profesional que se
encargaba de estas modificaciones, de manera que la gestión de dietas
modificadas casi siempre lleva a estados de malnutrición.
Se puede
variar los elementos en función de lo que sería la pirámide saludable
teniendo siempre en cuenta que estas personas pueden necesitar una
suplementación en base a su nivel de salud.
El hecho alimentario no sólo es la alimentación convencional sino que también
podemos tener otro tipo de niveles como alimentación básica adaptada,
suplementación nutricionales, alimentación enteral, parenteral, etc., en
función de las necesidades que vayan surgiendo con los usuarios desde su
ingreso.
*- Este check
list permite obtener una puntuación que sirve para mejorar y para hacer una
valoración global del servicio alimentario en las residencias del entorno
público.
|
Páginas
▼