Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio Alsalma «Alimentando la Salud del Mañana», una investigación pionera en España que ha analizado por primera vez la nutrición infantil en esa franja de edad.
El trabajo, promovido por la compañía especializada en nutrición infantil Almirón, se ha realizado mediante más de 200 encuestas a familias de todo el país a las que se les ha hecho un seguimiento de la dieta de sus hijos durante cuatro días consecutivos y, además, han participado más de 200 pediatras.
La doctora Ana Morais, del Hospital Infantil de La Paz, de Madrid, ha explicado que se ha elegido esa franja de edad porque se trata de una etapa en la que el crecimiento es muy rápido (el niño duplica su talla y quintuplica su peso) y en la que se produce un «extraordinario» desarrollo del sistema nervioso (cerebro), lo que hace que los requerimientos de nutrientes sean superiores.
Morais ha puesto de relieve la importancia de que la transición de los patrones dietéticos desde los nueve meses hasta los 3 años se haga «de la forma más adecuada posible», ya que la adquisición de los hábitos alimenticios en los primeros años va a tener repercusiones en la vida adulta y van a influir en la futura aparición de enfermedades.
La prevalencia de la obesidad en los niños españoles en edad escolar ha ido aumentando paulatinamente. Del estudio Paidos, de 1984, en que se cifraba en un 6,4% se pasó al 16% del Enkin (1998-2000) y al 18,3 % del Aladino (2011), el último disponible.
España es el segundo país europeo con mayor tasa de sobrepeso y obesidad infantil (niños de entre 7 y 11 años) después de Grecia.
Aunque existe una predisposición genética a la obesidad, hay otros factores que también influyen y entre ellos esta la alta ingesta proteica, de ahí la importancia de su control.
En los primeros años de vida, los requerimientos de proteínas se sitúan en 1,5 gramos por kilo de peso y día, de forma que un niño de entre 1 y 3 años debería ingerir una media de 15 gramos.
- Un vaso de leche de vaca aporta 6 gramos -entre 1,5 y 2 gramos si se trata de la de crecimiento, dependiendo de la marca-, y 15 un filete de ternera de 100 gramos.
El doctor Vicente Varea, jefe del Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del Hospital Sant Joan de Deu, de Barcelona, ha explicado que el estudio se planteó como «una cata de hábitos nutricionales» en los tres primeros años de vida de los niños.
Revela que solo el 18 % de los pediatras considera que los niños españoles tiene desórdenes alimentarios y coinciden con los padres respecto al exceso de grasas y azúcares y al déficit de hierro y vitaminas en la dieta, pero no en cuanto a la alta cantidad de proteínas y el riesgo que ello conlleva.
Este pediatra ha ironizado al señalar que los pequeños españoles «están tan bien alimentados que consumen por encima de las recomendaciones internacionales», en cuanto a calorías y proteínas, sobre todo a partir de los siete meses.
«Cuanto mayor va siendo el niño es cuando se comete el error de considerarlo como un hombre chiquitín, como un adulto en miniatura», ha señalado Varea, quien ha advertido de que «la obesidad la vamos preparando desde la primera tetada».
Leche de vaca y carne
Las principales fuentes de proteínas proceden de la leche entera de vaca, que supone el 29 % del aporte total; y de las carnes rojas (25%).
Según el estudio, el 42% de los niños de entre 1 y 2 años y el 66% de 2 a 3 años consume leche de vaca después de la de continuación.
La dieta de estos niños se caracteriza también por un menor consumo de pescado respecto al de carne, así como de verdura y fruta, principal fuente de fibra.
- Así, un 98 % de los pequeños de 1 a 2 años y el 93 % de 2 a 3 años no consumen suficiente fruta y un 13 % no come nada de este alimento.
- Estos déficit, según Varea, llevan aparejados bajos niveles de vitaminas y ácido fólico.