Hasta no hace mucho se tenía el
convencimiento de que el tejido adiposo de color blanco era un
reservorio calórico para los tiempos de escasez alimentaria.
Hoy sabemos que
esto no es así.
La grasa es, en su conjunto, un órgano de expresión
endocrina que regula múltiples funciones fisiológicas.
Hace
pocos años los científicos descubrieron la grasa marrón, una modificación del
tejido adiposo, de características termogénicas (generadoras de calor) que se
activa por la acción de una hormona hepática conocida como la FGF21 y que
podría tener un gran interés en la reducción de la obesidad.
Los obesos tienen más cantidad de hormona FGF21 que los sujetos con normopeso, lo
que viene a significar que en el obeso hay una cierta resistencia a la acción
de esta hormona cuya composición proteica es parecida a la insulina.
Recientemente,
un nuevo color de grasa ha sido descubierto por los científicos: la grasa
beige, cuyos depósitos, minúsculos como guisantes, se agruparían
preferentemente debajo de las clavículas y a lo largo de la espalda.
Esta
grasa, termogénica también, y por tanto reductora de la obesidad, estaría
estimulada por la irisina, una sustancia producida a nivel muscular por la
actividad física.
Los
científicos llevan tiempo investigando la posibilidad de administrar estas dos
sustancias, la FGD21 y la irisina, a los obesos con la idea de estimular estas
grasas coloreadas y obtener beneficios directos en procesos como la obesidad,
el sobrepeso y el síndrome metabólico, que afectan a más del 30% de la
población general con una prevalencia alarmante entre la población infantil.
*Vídeo ¿Cómo se forman las grasas en nuestro cuerpo?
*Vídeo "Adipocitos"