Las personas
que prescinden del desayuno podrían terminar comiendo más y eligiendo alimentos
menos sanos durante el día, según un estudio reciente del Centro de Ciencias
Clínicas MRC del Colegio Imperial de Londres.
Por otro
lado, desayunar ayuda a las personas a evitar comer de más y no tener antojos
de alimentos ricos en calorías.
Los
investigadores compararon IRM (escáneres cerebrales) de 21 personas, unas no comieron
nada en la mañana y otras comieron un
desayuno de 750 calorías.
Se observó que:
- el ayuno hacía que las personas tuvieran más hambre, y aumentó el atractivo de los alimentos con muchas calorías y la cantidad que las personas comieron
- las personas que se saltaban el desayuno tenían una variación en el patrón de la actividad de la corteza orbitofrontal, un área del cerebro relacionada con el valor de recompensa y el nivel de agrado de la comida.
- Las imágenes de alimentos ricos en caloría provocaron actividad en esa área del cerebro. Pero si los participantes desayunaban, esa respuesta no era tan potente.
Los
investigadores concluyeron que ayunar no es una buena estrategia para una
dieta, porque produce que el cerebro busque comidas ricas en calorías.