Esta es una
de las principales conclusiones a la que han llegado expertos nacionales e
internacionales en salud, nutrición y seguridad alimentaria reunidos en un encuentro sobre “Edulcorantes,
Salud y Consumidor”, organizado por la Fundación para la Investigación
Nutricional (FIN).
En opinión del Prof. Lluis Serra-Majem,
Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria, presidente de la Academia Española de la Nutrición
(AEN) y uno de los moderadores de este encuentro, “dado que una parte
importante del control de la diabetes es mantener los niveles de azúcar en
sangre, los edulcorantes bajos en
calorías suponen una ayuda eficaz en la dieta de las personas con diabetes.
Además, los edulcorantes bajos en calorías son una alternativa al azúcar y
juegan un papel importante en el control del peso, lo que ayuda a prevenir la
obesidad”.
SEGURIDAD DE LOS EDULCORANTES
A pesar del importante volumen de datos contrastados y la aprobación internacional, algunas personas siguen cuestionando los niveles de seguridad del consumo de edulcorantes bajos en calorías.
Sobre este punto, el Prof. Serra-Majem
resaltó que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (European Food Safety
Authority-EFSA) ha revisado el gran volumen de bibliografía científica
existente sobre los edulcorantes bajos o sin calorías autorizados y ha
elaborado un Dictamen Científico donde se confirma que se trata de un
ingrediente alimentario seguro para la salud de los consumidores dentro de los
niveles de Ingesta Diaria Aceptable (IDA) establecidos.
En su opinión, “todos los edulcorantes bajos en calorías utilizados actualmente en la
elaboración de alimentos y bebidas en Europa han sido sometidos a rigurosas
pruebas de seguridad. No existe ningún riesgo para la salud en los niveles
actuales de consumo. No sólo no existen riesgos para la salud sino que tenemos
que hablar de beneficios sobre algunas enfermedades como la obesidad, la diabetes
o la caries dental”.
“frecuentemente los
consumidores carecen de información sobre los tipos de edulcorantes disponibles
en el mercado y también existen dudas sobre los riesgos asociados a su uso.
Por otro lado, muchos profesionales sanitarios carecen de conocimientos adecuados
sobre las características de los distintos tipos edulcorantes y, por tanto, no
pueden aconsejar sobre la elección de un determinado edulcorante en base a sus
propiedades.
Es necesario realizar
programas de educación para la salud en la población con el objetivo de
promover la toma de decisiones adecuadas sobre su alimentación y nutrición. Y, por otra parte, facilitar al profesional sanitario información que
facilite el desarrollo de su actividad diaria, dando respuesta de una forma
rápida y sencilla a las demandas de sus pacientes”.
CONTROL DE PESO
Los edulcorantes bajos en calorías pueden ayudar en el control de la ingesta de calorías al aportar un sabor agradable con menos o ningún contenido calórico.
En concreto, la Dra. Pilar Riobó, Jefe del
Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Fundación Jiménez Díaz de
Madrid, ha concluido que “las evidencias
demuestran que los edulcorantes bajos en calorías, consumidos como sustitutos
del azúcar en alimentos y bebidas, unidos a la práctica de actividad física y
un estilo de vida saludable, desempeñan un papel significativo en la pérdida de
peso y en el mantenimiento de un peso saludable”.
Según la Dra. Riobó, “los estudios han demostrado que las personas que toman edulcorantes suelen consumir menos calorías que los que consumen alimentos normales. También se ha demostrado que el uso de edulcorantes hipocalóricos puede aumentar la adherencia a los programas de pérdida de peso y se ha confirmado que las bebidas con aspartamo no afectan al apetito a corto plazo ni a la ingesta de alimentos, comparado con la ingesta de agua”.
Otro de los temas analizados durante el encuentro ha sido el papel del sabor dulce en la alimentación y
sus aspectos fisiológicos.
En este sentido, el Prof. Gregorio Varela,
Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Facultad de Farmacia de la
Universidad CEU San Pablo ha comentado que “nuestro deseo por el sabor dulce no ha cambiado en cientos de años,
pero lo que ha cambiado es que comemos más y hacemos menos ejercicio físico,
factores que contribuyen al aumento de los niveles de obesidad.
Los
edulcorantes bajos en calorías pueden ser una ayuda para solucionar este
problema, ya que permiten disfrutar del sabor dulce sin hacer una aportación
significativa a la ingesta calórica diaria”.
ALGO DE HISTORIA
El primer edulcorante bajo o sin calorías de uso común fue la sacarina, descubierta en Estados Unidos en 1879 y comercializada poco después de su descubrimiento.
Su uso se generalizó durante la I Guerra
Mundial principalmente debido a la escasez de azúcar.
Durante el siglo pasado se descubrieron
más edulcorantes bajos o sin calorías que se utilizan con seguridad por los consumidores
de todo el mundo.
Actualmente, en la Unión Europea hay 10 edulcorantes bajos o sin calorías aprobados
para uso alimentario:
acesulfamo-K
(E-950)
aspartamo (E-951)
ciclamato (E-952)
sacarina (E-954)
sucralosa
(E-955)
taumatina (E-957)
neohesperidina DC (E-959)
stevia (E-960)
neotamo
(E-961)
sal de aspartamo-acesulfamo (E-962)
Según explicó el Prof. Javier Aranceta, de la Universidad de Navarra, “los
edulcorantes bajos en calorías son ingredientes cada vez más usados en
alimentos y bebidas.
Los seres humanos
tenemos una preferencia innata por el sabor dulce, sin embargo, debido al
estilo de vida sedentario y los elevados índices de obesidad se hace necesario
promover hábitos de vida saludable teniendo en cuenta el equilibrio energético,
es decir, entre las calorías consumidas y las calorías gastadas a través de la
actividad física.
Los edulcorantes bajos o sin calorías
ofrecen una alternativa a los azúcares añadidos y desempeñan un papel
importante en el control del peso, ayudando así a la prevención de la obesidad.