En lugar de la reducción de las fracturas, un estudio sugiere que hay un
aumento del riesgo de enfermedades cardiacas y de cáncer.
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Beber grandes
cantidades de leche podría ser malo para la salud, según un nuevo estudio.
Desde siempre
se nos ha informado, que el calcio de la leche puede ayudar a fortalecer los
huesos y a prevenir la osteoporosis. Esos beneficios para la salud ósea, han
llevado a las autoridades sanitarias de EE. UU. a recomendar, la leche como
parte de una dieta saludable desde hace tiempo.
Este nuevo
estudio, liderado por por Karl Michaelsson, profesor del departamento de
ciencias quirúrgicas de la Universidad de Uppsala, en Suecia ,ha demostrado que
beber grandes cantidades de leche no protegió a los hombres ni a las mujeres
contra las fracturas óseas, y se asoció con un riesgo general más alto de
muerte durante el periodo de estudio.
- Las mujeres que bebían 3 vasos de leche o más al día tenían un riesgo de casi el doble de muerte y enfermedades cardiovasculares, y un riesgo un 44 % más alto de cáncer, que las mujeres que bebían menos de un vaso al día.
- El riesgo general de muerte de los hombres aumentó en aproximadamente un 10 % cuando bebieron 3 o más vasos de leche diaria.
El estudio
contó con más de 61,000 mujeres y 45,000 hombres en Suecia que previamente
rellenaron unos formularios dietéticos para otros proyectos de investigación,
las mujeres a finales de los años 80 y los hombres en 1997. Todos tenían más de
39 años de edad.
Los
investigadores compararon sus hábitos de consumo de leche con los datos sobre
la salud de las autoridades suecas, para ver si el consumo de leche podría
estar vinculado con el riesgo de muerte o de problemas para la salud.
Además, beber
leche en exceso pareció en realidad aumentar el riesgo de una mujer de sufrir
fracturas de huesos, en comparación con las mujeres que bebían menos leche.
El riesgo de
cualquier fractura ósea aumentó en un 16 % en las mujeres que bebieron 3 o más
vasos al día, y el riesgo de rotura de cadera aumentó en un 60 %.
Michaelsson y
sus colaboradores dijeron que el aumento del riesgo de muerte que observaron
podría explicarse por los niveles altos de azúcares presentes en la leche,
concretamente la lactosa y la galactosa.
Se ha
mostrado que la galactosa envejece de manera prematura a los ratones en el
laboratorio y el azúcar de la leche fomenta la inflamación.
Por el
contrario, una ingesta alta de productos lácteos fermentados con un contenido
bajo en lactosa (como el yogurt y el queso) se asoció con unas tasas reducidas
de mortalidad y fracturas, sobre todo en las mujeres.