Una investigación sobre la
nutrición que ofrecen las comidas de tres cadenas importantes de comida rápida
encuentra poco cambio en las calorías, la sal y la grasa saturada entre 1996 y
2013.
Un equipo dirigido por Alice
Lichtenstein, directora del Laboratorio de Nutrición Cardiovascular del
Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA), observó la nutrición de cuatro
artículos populares de los menús de comida rápida: los investigadores se
enfocaron en 27 artículos, que incluían las patatas fritas y los refrescos de
cola pequeños, medianos y grandes, un sándwich de pollo a la parrilla y
hamburguesas con queso de (57 y 113 gramos).
Según los investigadores, el
contenido promedio de calorías, de sal y de grasa de esos artículos permaneció
más o menos igual en el periodo de 17 años.
Se detectó que los niveles de
grasas trans malsanas en las patatas fritas se redujeron con el tiempo.
Los nutricionistas recomiendan que
la mayoría de personas coman unas 2000 calorías al día. "En las tres
cadenas, las calorías en una comida que consistía en una hamburguesa con queso
grande, unas patatas y un refresco de cola regular, variaban entre las 1144 calorías y
las 1757 calorías con el paso de los años.
Eso significa que una sola comida
conformaría hasta el 88 por ciento de los requerimientos calóricos diarios de
una persona para todo un día.
Además, el contenido de sal de una
comida con una hamburguesa con queso conformaba, en promedio, el 91 por ciento
de la ingesta diaria recomendada para una persona.
Dependiendo de dónde se comía,
unas patatas fritas pequeñas podían variar en 110 calorías y en 320 miligramos
de sodio.
Esas diferencias importan, porque
"una diferencia de 100 calorías al día puede significar un cambio de unos (4.5
kilos) en el peso en un año".
La industria de la comida puede
hacer más por ayudar a mejorar la salud de los estadounidenses.